Las Olimpiadas de Rio no van a tener el "Efecto Barcelona"
Cuando se llevaron a cabo los juegos olímpicos de Barcelona 1992, la ciudad era opacada en Europa por capitales del turismo como Paris, Roma, Ámsterdam, o Londres. Estas olimpiadas son recordadas, entre otras cosas, por la exhibición del equipo de basquetbol de los Estados Unidos. Este equipo es considerado un ícono del deporte y es apodado como el “Dream Team”. Cuando los juegos terminaron, Barcelona emergió como uno de los destinos turísticos más populares de Europa. Esta tendencia continua hasta hoy.
De hecho, hoy en día Barcelona recibe más de 7.5 millones de turistas al año. Esto fuerza a la ciudad a conducir varios programas para limitar grandes aglomeraciones en los sitios históricos. A este fenómeno, que incluye convertir a una ciudad en potencia turística, se lo conoce como el “Efecto Barcelona.”
Después, Atlanta 1996, Beijing 2008, o Rio 2016 han tratado de obtener resultados similares. Algunos de estos eventos han generado interés turístico, pero ninguno se ha acercado a una magnitud como Barcelona 1992. La estrategia de invertir agresivamente en infraestructura deportiva y publicitar la ciudad parece que no es suficiente. Existen factores adicionales que jugaron a favor de las olimpiadas en Barcelona. Dentro de esos factores se encuentran los siguientes:
En 1992 el muro de Berlín acababa de caer y la Guerra Fría se había terminado. La Unión Europea estaba en etapa de formación y Barcelona estaba lista para recibir inversiones.
Barcelona se benefició de toda la infraestructura turística y de transporte que ya existía en Europa.
El diseño urbano de Barcelona es sobresaliente. Esto hizo posible modernizar e implementar nuevas infraestructuras rápida y efectivamente.
Los trabajos para adaptar la ciudad incluyeron la readecuación de la “Barceloneta”. Hoy en día esta playa urbana es uno de los sitios más visitados por los turistas.
La guerra fría había terminado y por ello estos juegos fueron los primeros que no tuvieron ningún boicot desde 1972.
Las Olimpiadas de Rio están terminando. Eduardo Paes, el alcalde de Rio de Janeiro, escribió un artículo para un periódico local en donde afirmaba que uno de los principales objetivos para el evento era obtener los mismos resultados que Barcelona 1992. Sin embargo, Brasil se encuentra sumergido en una grave crisis política y económica. Hoy en día, Brasil no es atractivo para inversionistas.
Rio es una ciudad hermosa, pero tiene problemas en planeamiento urbano. Esto ha generado problemas como por ejemplo congestiones de tráfico durante los eventos deportivos. Los edificios deportivos que fueron construidos para el evento tuvieron graves demoras que acarrearon críticas en todo el mundo. Adicionalmente, muchos atletas se han quejado cuartos sucios o no terminados en la villa olímpica. Los juegos han terminado y las favelas siguen tan olvidadas como siempre.
Parece que futuros eventos no van a hablar de replicar un “Efecto Rio.”
El “Efecto Barcelona” fue una mezcla de buen planeamiento, gran “timing” y suerte. Es un fenómeno que cambió a una ciudad para siempre y va a ser muy difícil de imitar.
